El Sol se ha escondido. La jornada laboral ha concluido. Exhaust@, te arrojás sobre la cama con un deseo intenso de dormir. El cuerpo necesita descanso, pero la mente continúa dando vueltas, girando y revisando, hasta que te dormís, todavía inquiet@.

En medio de la noche, te despertás y la mente, que tiene cautivo a todo tu cuerpo, comienza a divagar como enloquecida. Piensa en el trabajo que te espera, el almuerzo que vas a tener, etc. Cada pensamiento te aleja más y más de un sueño reparador. Echás reiteradas miradas al reloj y comenzás a preocuparte por el cansancio que tendrás a la mañana siguiente. Y te repetís incansablemente… ¡NO PUEDO DORMIR! Cuando finalmente amanece, sentís que, más que una noche de descanso, lo que dejaste atrás fue una batalla campal con tu mente.

¿Te sentís identificad@? Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), cerca del 40% de la población mundial padece alteraciones del sueño. ¡No estás sol@! Algun@s tienen dificultades para dormirse, otros, para permanecer dormidos, o bien duermen inquietos, o tienen pesadillas. La causa principal es mucho estrés. ¿Te suena familiar?

Lo primero que te sugiero hacer es revisar “tus hábitos” para buscar una mejor versión. Te podés llevar una gran sorpresa en los cambios que podés obtener:

• Durante todo el día recogemos palabras, imágenes y sonidos. Todo lo que pensamos es almacenado en nuestros cuerpos físico y sutil. Lo que elegimos LEER, MIRAR, ESCUCHAR y COMER tiene enorme influencia en nuestra manera de descansar. Si comemos demasiado en momentos inapropiados, no le podremos dar al cuerpo el tiempo necesario para purificarse, restaurarse y rejuvenecerse. Lo que leemos influye directamente en lo que soñamos, porque las palabras e imágenes impregnan la mente en lo más profundo. A veces nos despertamos como si estuviéramos en medio de una guerra. ¡Moderalo o evitalo!
• La mente rebobina todo lo hecho durante el día, todas las noticias estimulantes y excitantes. Para muchas personas, LAS NOTICIAS (generalmente malas) de la jornada son las últimas imágenes visuales y auditivas que perciben antes de dormirse. La violencia y los abusos proyectados en la TV se inmiscuirán en tus sueños. ¡Evitalo!
• En nuestra vida actual, LA RADIO y LA TELEVISIÓN Y LAS COMPUTADORAS nos bombardean constantemente en múltiples planos. Necesitamos tener en el dormitorio ondas serenas, libres de estas otras perturbadoras y quizá nocivas. En caso de tener un TV o una computadora en el espacio que se duerma, debe apagárselos y alejarlos cuando uno va a dormir. No lo dudes, ¡hacelo!
• El sutil equilibrio existente entre el dormir y la vigilia puede estar presente en la delicadeza de LA DECORACIÓN (toma conciencia de los dibujos y colores que hay en diversos lugares del cuarto). Dado que todo afecta el dormir y los sueños, sólo hay que permitir que ingresen al dormitorio las vibraciones más suaves y serenas. ¡Animate al cambio!
• Durante el día, la luz del Sol debe entrar al dormitorio. Hay que ABRIR totalmente las VENTANAS para que se airee bien (como hacía mi abuelita) ¡Probalo!
• Evitemos la reacción violenta para un despertar rutinario. Es la respuesta de lucha o huida del sistema nervioso simpático a causa del DESPERTADOR. Hay muchas opciones para cambiar esta situación. Es posible conectar una radio -reloj de modo tal que nos despierte con la apacible música de una emisora previamente elegida. ¡Experimentalo!
• Cuando dormimos, debemos estar rodeados por FIBRAS NATURALES. Durante el dormir, el cuerpo se reabastece y repara. Fabrica nuevas células, descompone las gastadas y reasimila los nutrientes. Cada noche, el cuerpo libera entre medio y un litro de agua. Este exceso de líquido es absorbido por la ropa de cama si es de suave algodón, permitiéndonos un descanso más seco y cómodo. ¡Probalo!
• Es preciso que prevalezca en el dormitorio un equilibrio de OSCURIDAD y LUZ SOLAR. Muchas pruebas científicas alimentan la hipótesis de que la hormona “melatonina”, naturalmente producida y segregada por la glándula pineal cuando estamos en la oscuridad, contribuye a un dormir profundo y reparador. ¡Testealo!

La investigación del dormir en el mundo yóguico, realizada a través de los CUERPOS SUTILES o MAYA KOSHAS, nos ha hecho comprender que no significa meramente apoyar la cabeza en la almohada; sino alcanzar el sueño profundo y reparador que necesitamos para gozar de una salud física, mental y emocional óptima.

Para ello, las sugerencias que nos da el YOGA antes de acostarnos es realizar unos minutos de relajación profunda, asanas o posturas, respiración consciente, producción de imágenes o visualizaciones y meditación. Y así podremos replegarnos en el centro de nuestro SER y dormir como un bebé. Aquí te comparto un listado de sugerencias yóguicas para que armes tu propia rutina:

• Purificación mediante el agua: prepárate un baño de inmersión con agua caliente y alguna planta aromática, como la lavanda. Si es imposible, tomá una ducha con un gel aromatizado de los que se destinan a esa manera de bañarse. Dejá que tu cuerpo se impregne del líquido y que las tensiones se retiren de él junto con el agua que fluye.
• Movimientos de cuello: sentante cómod@ en una silla o en el suelo con la columna erguida. Hombros hacia atrás. Brazos relajados. Al inhalar, incliná la cabeza hacia delante hasta que el mentón toque el pecho (si podés). Allí respirá con consciencia, mientras los músculos se aflojen. Inhalá y volvé la cabeza a posición inicial. Al exhalar, relajá el cuello. Inhalá y al exhalar, llevá lentamente oreja derecha al hombro derecho. Inhalá, volvé al centro y al exhalar andá hacia el lado izquierdo. Volvelo a repetir 3 veces más con respiraciones conscientes.
• Movimientos de hombros: sentad@ en una silla o en el piso, dejá colgar los brazos a ambos lados. Lentamente, comenzá a ejecutar con los hombros movimientos circulares, manteniendo relajados brazos y manos, de modo tal que su peso contribuya a la relajación. La respiración debe ser lenta en todo el ejercicio. Si hay algún punto particularmente tenso o dolorido, al pasar por ahí hacelo con más lentitud, invitándolo a entregarse. Después de repetir varias veces, relajá los hombros y sacudí suavemente los brazos. Luego, repetí los mismos movimientos circulares en dirección inversa.
• Respiración en TRES ETAPAS: sentad@ en la silla o en el piso con columna erguida, la mano derecha en el ombligo y la mano izquierda en el hombro izquierdo. Te invito a exhalar completamente el aire por la nariz. Al final de dicha exhalación, contraé el vientre. Inhalá y expándelo, permitiendo que se llenen los lóbulos pulmonares inferiores; seguí inhalando, hasta que se expanda la parte inferior del pecho, y luego pasá a la parte superior, de manera que se alcen levemente las clavículas. Al exhalar, comenzó por vaciar la parte superior del pecho, luego la inferior, luego el vientre. Repetilo 3 veces más.

Si quisieras profundizar más, te espero en una clase terapéutica en cualquiera de sus modalidades:

Virtual (x zoom), con los siguientes horarios:

• Lunes, martes, jueves y viernes 19:30hs
• Martes y jueves 11:30hs
• Miércoles 7:30hs (tempranito)

Presencial, en la zona de Palermo (Cabrera y Pringles), los martes y jueves 11:30hs.

¡Suerte con todas estas herramientas!

Recordá que el DORMIR y el SOÑAR son sanadores, generadores de SOLAZ FÍSICO, MENTAL y ESPIRITUAL.

¡Dulces sueños!

📚 Fuente: parte del texto ha sido extraído del gran libro “Yoga Camino de Sanación” de Nischala Joy Devi.