Cada vez que cumplo años tengo un ritual personal: “releer el libro ikigai”. Es de una gran ayuda para mí, ya que me permite tomar conciencia y revisar… ¡cuál es la razón por la que me levanto cada mañana!  

Seguramente te estarás preguntando… ¿en qué consiste el ikigai? y ¿qué tiene en especial que me desafía todos los años?   

Recordemos que el concepto del Ikigai proviene de la cultura japonesa y se refiere a la «razón de ser» o “el propósito de la vida”. Los cuatro elementos claves que se consideran importantes para encontrar tu Ikigai son los siguientes: 

🈴 Pasión: Encuentra aquello que amas hacer y que te llena de energía y entusiasmo. 

🈴 Talento: Identifica tus habilidades y fortalezas naturales, aquello en lo que eres bueno. 

🈴 Necesidad del mundo: Descubre lo que el mundo puede necesitar o valorar y cómo contribuir a ello. 

🈴 Sustento: Encuentra una forma de convertir tu pasión y talento en algo que te brinde sustento económico. 

Estos cuatro elementos se entrelazan para formar tu IKIGAI, que es la INTERACCIÓN entre lo que amas, lo que eres bueno haciendo, lo que el mundo necesita y lo que puedes ser recompensado por hacer. Al seguir estos principios, puedes encontrar ALGO que se alinee con tus pasiones, fortalezas y lo que el mundo necesita… y ese será el PROPOSITO de TU VIDA.  

En otras palabras, este ritual me invita a calibrar mi brújula interna y rearmar el año que vendrá.  Te aseguro que es un trabajo laborioso y muy sincero conmigo misma (una batalla entre mi EGO y mi SER), ya que muchas cosas que estoy haciendo hoy se van (salgo de mi estado de confort) y otras deben comenzar (resistencia al cambio). No olvidemos que… el HOY prepara el MAÑANA. 

¿Cómo hago mi ritual? Es muy sencillo. Releo el libro en los ratos libres que tengo (también está la versión de audiolibro, con lo cual lo podés escuchar en el auto o viajando; me gusta leerlo en papel ya que aprovecho mi memoria visual cuando resalto las partes que para mí tienen más sentido). Con todo fresquito y resonando en mis fibras internas, realizo mi ritual. 

 ¿Y en qué consiste mi ritual? Me tomo un tiempo… puede ser de noche o bien temprano, donde el silencio me acompaña. Hago una pequeña meditación con la ayuda del OMKAR (repetición de OM) y me alisto para comenzar. Es el momento de mayor respeto y amorosidad con mi SER. Es el espacio donde el EGO se va a dormir y florece el SER en su mayor expresión. Comienzo revisando mi propósito de vida, con el objetivo de ver si sigue igual o decido cambiarlo. Y luego, nada sencillo por cierto, listo todas mis acciones y verifico si alimentan a mi propósito o no. Este es el momento más crítico, ya que algunas acciones/creencias/costumbres se van y otras nuevas aparecen.  

A continuación te comparto las 10 leyes del ikigai que te van hacer de gran ayuda para revisar tu forma de vida y tomar conciencia de “aquello” que te gustaría cambiar para tener una vida longeva en plena forma como los habitantes de Okinawa: 

📌 Mantenerte siempre activo, nunca te retires. Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida. Por eso, incluso después de haber terminado la vida laboral “oficial”, es importante seguir haciendo cosas de valor, avanzando, aportando belleza o utilidad a los demás, ayudando y dando forma a nuestro pequeño mundo. 

📌 Tomátelo con calma. Las prisas son inversamente proporcionales a la calidad de vida. Como dice un viejo proverbio: “Caminando despacio se llega lejos”. Cuando dejamos atrás las urgencias, el tiempo y la vida adquieren un nuevo significado. 

📌 No comas hasta llenarte. También en la alimentación para una vida larga, “menos es más”. Según la ley del 80%, para preservar la salud mucho tiempo, en lugar de atiborrarse hay que comer un poco menos del hambre que tenemos. 

📌 Rodéate de buenos amigos. Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones con una buena charla, contar y escuchar anécdotas que aligeren la existencia, pedir conejos, divertirnos juntos, compartir, soñar… En suma, ¡VIVIR! 

📌 Ponte en forma para tu próximo cumpleaños. El agua se mueve, fluye fresca y no se estanca. Del mismo modo, tu vehículo para la vida necesita un poco de mantenimiento diario para que pueda durar muchos años. Además, el ejercicio segrega las hormonas de la felicidad. 

📌 Sonríe. Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Está bien darse cuenta de las cosas que están mal, pero no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en ese mundo lleno de posibilidades. 

📌 Reconecta con la naturaleza. Aunque la mayoría de seres humanos vivan en ciudades, estamos hecho para fundirnos con la naturaleza. Necesitamos regularmente volver a ella para cargar las pilas del alma. 

📌 Da las gracias. A tus antepasados, a la naturaleza que te provee aire y alimento, a tus compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu día a día y te hace sentir dichoso de estar vivo. Dedica un momento del día a dar las gracias ay aumentarás tu calidad de felicidad. 

📌 Vive el momento. Deja de lamentarte por el pasado y de temer el futuro. Todo lo que tienen es el día de hoy. Dale el mejor uso posible para que merezca se recordado. 

📌 Sigue tu Ikigai . Dentro de ti hay una pasión, un talento único que da sentido a tus días y te empuja a dar lo mejor de ti mismo hasta el final. Si no lo has encontrado aún, como decía Viktor Frankl, tu próxima misión será encontrarlo. 

Según los japoneses, todo el mundo tiene un ikigai, un motivo para existir. Algunos lo han encontrado y son conscientes, otros lo llevan dentro, pero todavía lo están buscando. Este es uno de los secretos para una vida larga, joven y feliz como la que llevan los habitantes de Okinawa, la isla con la población más longeva del mundo. 

Y vos, ¿te animás a descubrir tu ikigai? 

Espero contagiarte y que tu próximo cumple lo celebres “junto al libro ikigai”. 

¡Te leo! 

Namasté! 

Marce. 

📚 Fuente: parte del texto ha sido extraído del libro Ikigai – Héctor García (Kirai) & Francesc Miralles – URANO – 

📸 Fotos: SomosPool9